AGMAGAZINE.-El sábado 31 de julio, Martín Peretti Scioli, director de AG Magazine Info, y su pareja, el contador Oscar Marvich se convirtieron en el primer matrimonio de personas del mismo sexo en Rosario y el quinto del país. La fiesta, la primera del país de una boda gay, fue impecablemente pensada hasta en el más mínimo detalle.
No faltó nada. Las emociones se multiplicaron por cientos. La diversión estuvo acorde al gran acontecimiento, porque no sólo se festejó el matrimonio de Martín y Oscar sino también la conquista de un derecho por el que ellos como muchas y muchos activistas, legisladores y voluntarios trabajaron durante estos últimos años junto a la Federación Argentina LGBT.
Cuando en el reloj faltaban 15 minutos para las 11 del mediodía, comenzaron a sonar los acordes de Color esperanza, de Diego Torres, cantando “saber que se puede, querer que se pueda”… De inmediato, los novios entraron a la galería central del Centro de Convenciones del Patio de la Madera con el acompañamiento de un sentido aplauso de todas y todos los presentes.
Al final de la alfombra los esperaba una ambientación especial -pensada por Estudio Dark- con gasas, tules, una araña plateada y dos sillones dorados frente a la mesa en la que el jefe del Registro Civil del Distrito Sur, el doctor José Ramón Galetto tenía preparadas las actas y la libreta.
“Esto se inscribe dentro de una larga lucha por los derechos civiles, para que nos constituyamos en un país cada vez más igualitario”, afirmó el funcionario público antes de leer los artículos del Código Civil de rigor. Nadie pudo sustraerse a la emoción cuando Martín y Oscar se dieron el “sí, acepto” seguido de unos cuantos besos, y un intenso abrazo. Primero lo hizo Oscar y luego Martín que, al borde de la emoción, exclamó “sí, acepto… con todo el corazón”.
De impecables smokings oscuros y corbatones confeccionados por Tito Samelnik de Matices, los esposos se demoraron posando para los fotógrafos de todos los medios, que no quisieron perderse el momento de la firma de las actas como de la entrega mutua de las alianzas de plata, un regalo de la mamá de Martín.
No faltó nada. Las emociones se multiplicaron por cientos. La diversión estuvo acorde al gran acontecimiento, porque no sólo se festejó el matrimonio de Martín y Oscar sino también la conquista de un derecho por el que ellos como muchas y muchos activistas, legisladores y voluntarios trabajaron durante estos últimos años junto a la Federación Argentina LGBT.
Cuando en el reloj faltaban 15 minutos para las 11 del mediodía, comenzaron a sonar los acordes de Color esperanza, de Diego Torres, cantando “saber que se puede, querer que se pueda”… De inmediato, los novios entraron a la galería central del Centro de Convenciones del Patio de la Madera con el acompañamiento de un sentido aplauso de todas y todos los presentes.
Al final de la alfombra los esperaba una ambientación especial -pensada por Estudio Dark- con gasas, tules, una araña plateada y dos sillones dorados frente a la mesa en la que el jefe del Registro Civil del Distrito Sur, el doctor José Ramón Galetto tenía preparadas las actas y la libreta.
“Esto se inscribe dentro de una larga lucha por los derechos civiles, para que nos constituyamos en un país cada vez más igualitario”, afirmó el funcionario público antes de leer los artículos del Código Civil de rigor. Nadie pudo sustraerse a la emoción cuando Martín y Oscar se dieron el “sí, acepto” seguido de unos cuantos besos, y un intenso abrazo. Primero lo hizo Oscar y luego Martín que, al borde de la emoción, exclamó “sí, acepto… con todo el corazón”.
De impecables smokings oscuros y corbatones confeccionados por Tito Samelnik de Matices, los esposos se demoraron posando para los fotógrafos de todos los medios, que no quisieron perderse el momento de la firma de las actas como de la entrega mutua de las alianzas de plata, un regalo de la mamá de Martín.